Normandie

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

El avión y el poeta

Camino somnolienta para llegar un día más a mi trabajo, llueve y me arrebujo bajo el paraguas, creando ese espacio de intimidad que me separa del mundo y me hace sentir confortable en mi pequeño rincón. Cuando estoy a un metro de la entrada, la tormenta se silencia y en el cielo se dibuja un arco de colores que me hace sonreír. Un avión se esmera en jugar a traspasarlo emitiendo, en su esfuerzo, un rugido desesperado que ensordece y retumba en mis entrañas. “Avión de reabastecimiento en vuelo con capacidad para doscientos cincuenta pasajeros en maniobra de aproximación para tomar tierra” piensa el ingeniero. “Ave fénix renacida del agua y la magia de la paleta de colores esparciendo la alegría tras el aguacero” piensa el poeta. Recobrando la consciencia que une a ambos, poeta e ingeniero atraviesan la puerta que inicia la jornada.

Con manos de ingeniero modelo la estructura, conformo el mecanismo que hará a un cachalote de acero y fibra volar sobre las nubes. Con pluma de poeta convoco a los druidas y a las vestales para que obren la magia por los dioses concedidas a las aves, de elevarse hacia el éter retando a la natura. Y de la unión de ambos, ingeniero y poeta, acontece el milagro de la ingravidez antaño vedada a nuestras mentes.

Trascurre el día escondiendo al poeta y esperando a la noche, cuando el hechizo transfigure a ambos seres que tienen el destino de nunca conocerse aún siendo uno. Y cuando el pájaro de hierro renace en ave fénix, el universo se expande en mi ventana, los muros se desdibujan y desaparecen, los muebles en bosque encantado se reconvierten y la pluma del poeta inicia su relato.

Erase una vez…un avión ya desterrado que no podía volar. Sus cuadernas dañadas, dormían en un oscuro rincón, sucias y olvidadas. Soñaba con otros tiempos en que viajaba sobre los mares, atravesaba nubes y tormentas, y cumplía su misión sin agotarse. El piloto con mano firme le dirigía y le guiaba para soltar desde su portón trasero alimentos y material médico en países devastados. Tras acabar su vida, lo abandonaron y fue perdiendo su color a la intemperie. Su tristeza la puedo ver cada día cuando paso por su lado. Entonces, el poeta decide rescatar al avión y devolverle la vida.


Hoy es un gran día: alcalde y concejales, directores y empleados rodean al viejo avión ubicado en el centro de una gran rotonda. Acicalado y sustentado por un útil que iza su morro hacia el espacio, como si fuera a iniciar el vuelo, escucha cómo loan su historia y sus hazañas  y le encomiendan la misión de señalar la historia y el futuro en la entrada principal, para que todos lo saluden.

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