Normandie

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viernes, 12 de septiembre de 2014

Escuchando a LINKIN PARK con una MURPHY'S al lado del mar

Vuelvo a mirar por la ventana. Aún no han abierto. Qué largas se hacen las horas cuando esperas. Todas las tardes el mismo ritual. Es lo único que tiene sentido en mi deteriorada vida. No he tenido suerte, pero ... ¿a quien le importa? A cada uno lo que le toca y hay que saber vivir con ello. Mi chica duerme la siesta. Es buena gente. Me soporta. Aunque ella dice que me quiere, sería al principio, cuando nos conocimos. Me consiente que baje solo al HARLEY'S porque ella es más de sentarse en la playa a tomar un helado. Sin embargo a mi me llena la música, decibelios a tope llenándome el cerebro y haciéndome vibrar.Y cuando ponen un tema que me gusta de verdad, se me llena el estómago de mariposas que me hacen levitar.Cerveza tostada y partidita de billar si tengo la suerte de encontrarme a Puntolara. Gran tío el Puntolara. Acabamos bebiéndonos la luna casi de mañana. Pillamos unas MURPHY'S y nos llenamos el cerebro de LINKIN PARK en la playa. Qué buenos son.

De vez en cuando le doy a los dardos pero no se me dan. Pero eso es cuando estoy solo. Me dejan un regusto triste los dardos. Prefiero la sensación del golpe del taco en la bola y las carambolas de colores que se desencadenan cuando le damos al americano. Me hace sentir poderoso y fuerte.

Mi chica es camarera en un chiringuito de la playa. Se pasa el día llevando y trayendo paellas y sangrías a los turistas que llenan el local en el verano. Le dejan buenas propinas porque les sonríe mientras sirve. Y es que en este mundo de perros se agradece una sonrisa. Cuando llega a casa está reventada por el cansancio. Por eso siempre bajo solo al HARLEY'S.


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