Normandie

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lunes, 5 de diciembre de 2016

Un caso más en un diario local



Un hombre mata a su pareja en Dénia cortándole el cuello con un cuchillo. DÉNIA / INFORMACION.ES 14.05.2015 | 11:14

Un hombre ha asesinado supuestamente esta madrugada a su pareja en la avenida de Gandía de Dénia. El supuesto agresor, de 47 años y nacionalidad española, ha cortado el cuello de la mujer, de 48 y española también, causándole la muerte y después se ha realizado cortes en las muñecas. Los hechos han ocurrido a las 04.08 horas. En estos momentos el hombre se encuentra ingresado en el hospital. El supuesto agresor tenía una orden de alejamiento.

Leía el periódico mientras te esperaba en la terracita al lado de la playa, para compartir café y tostada con tomate antes de empezar la jornada. Miré insistentemente el whatsapp sin encontrar un solo indicio de justificación. Cuando llamé al camarero para pedirle la cuenta, ya era consciente de que ayer habíamos compartido nuestro último desayuno de confidencias entre amigas y ya no podía hacer nada por ti.
Caminé hacia tu casa con algodones en mi mente para bloquear los ruidos del dolor que herían mis neuronas. Me iba así acercando a la verdad que nunca quise reconocer. Porque la realidad nunca se espera en un periódico. Los periodistas siempre escriben sobre vidas ajenas a nosotros, en otro barrio, en otro ambiente, en otro contexto, en otras vidas lejanas a la nuestra. Vivir cuarenta y cinco años para darte cuenta de que todas podemos ser noticia en la página de un diario local, descubrir que allí se cuentan nuestras vidas, encontrar que tan solo hay que leer atentamente cada día para enterarte de un caso más, una mujer menos.
Por qué pensamos que todo se arreglará, y nos callamos, por qué esperamos que todo se resuelva sin intervenir… Así como tras la noche siempre aparece de nuevo el sol, cíclicamente, incansablemente, sin degradación posible. Puede amanecer día gris, de tormenta o de vendaval, pero siempre por encima del techo de nubes, siempre está el sol recorriendo su camino, aunque se nos oculte a los sentidos. Pero la vida no es tan solo un fenómeno científico, no, no lo es.
Mientras cruzaba el semáforo, recordé cómo te despedí ayer, con una gran sonrisa augurándote que todo se arreglaría, que es cuestión de tiempo, que todo pasa, que todo vuelve a la normalidad… Menuda estúpida. Claro que se ha arreglado, para el cobarde de tu marido que no sabía cómo enfrentarse a una decisión con consecuencias: «o ella o yo y conmigo vienen los niños y mis bienes, porque son míos, tu nunca aportaste nada» osaste decir, y ahí, en ese preciso instante, salió la fiera oculta, el rencor de diez años en que aparentó quererte para ser alguien.
Ya entonces sabías que el tercer embarazo no era la solución, pero estabas tan desesperada por arreglar lo que nunca se rompió. No, no valen tiritas de papel higiénico para cortar una hemorragia.
Por qué no te grité que le dejaras, que hay que enfrentarse con valor a los problemas si quieres ganar a grandes, que las chicas nunca dan la victoria, como dicen en el mus. Ahora solo puedo llorarte. Una callada más, una muerte más, una noticia más en el diario local.

No me silencies, escúchame. VVAA
Playa de Ákaba

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